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miércoles, 31 de marzo de 2010

CARTA SOBRE IDEOLOGÍAS Y POLÍTICA

Amigo Leandro:
Te prometo que te voy a regalar el libro que te dije el día de tu cumpleaños.
Quizás me demore un tiempo, pero te lo voy a dar.
He estado leyendo uno de tus escritos en el blog, sobre las ideologías políticas.
Sabes que quien te escribe es de índole de centro-derecha, muy vinculado al conservadurismo argentino, y a grandes políticos como Julio Argentino Roca y Carlos Pellegrini, entre otros. No creo que el combate a la pobreza o a las grandes desigualdades, sea patrimonio exclusivo de izquierda. La derecha también puede tener sensibilidad social. Pensá que cuando a Argentina llegaban millones de inmigrantes desposeídos desde Europa, acá lograban el progreso social y económico de sus familias, y mientras eso pasaba, Argentina tenía gobiernos de clara tendencia derechista.
El conservadurismo argentino, aunque políticamente cerrado y compuesto de gentes del Patriciado, desde el punto de vista socioeconómico era netamente progresista.
Lamentablemente a ese patriciado se lo denomina muy mal como “oligarquía". En realidad era una "Aristocracia".
Vos sabes muy bien la diferencia entre "aristocracia" y "oligarquía".
La primera es un selecto grupo de clase alta que gobierna teniendo en cuenta los intereses de todos, mientras que la segunda lo hace teniendo en cuenta sus intereses de clase. El conservadurismo argentino, encarnado en la Generación del 80, fue una aristocracia, ya que gobernó para beneficiar a la población nativa y extranjera, fundando escuelas, universidades, promoviendo la agricultura y la ganadería, entre otras cosas.
"Mi hijo, el dotor", refleja el avance social de mucha gente de esa época. Además era un país muy rico y muy importante en la época.
Lamentablemente el conservadurismo argentino, al que yo adscribo, está en plena decadencia desde el Golpe de Estado de 1943, que derrocó al último presidente conservador Ramón Castillo. Argentina necesita renovar ese conservadurismo, pero esta vez con un sistema democrático.
El conservadurismo debe renacer pero adaptado al régimen democrático.
Dios quiera que esto ocurra.
Saludos afectuosos.
Baltasar.

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