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viernes, 6 de noviembre de 2009

LA POLITICA ACTUAL



Durante la adolescencia, concurría al tercer año del colegio secundario cuando sobrevino otra vez la Democracia al país. Mi generación y la anterior, habíamos vivido hasta ese entonces en medio de la represión de los gobiernos militares. Nosotros los adolescentes nada sabíamos de política, cuanto mucho habíamos escuchado a nuestros padres hablar de la difícil década del 70 en la que mi generación del 2000 estaba naciendo. Algunos teníamos vagos recuerdos de las imágenes que se mostraron del multitudinario acto de despedida de los restos de Perón, que se mostraron en los primeros televisores blanco y negro, ese día en el que el Pueblo Argentino estuvo de luto. Incluso recordábamos algo del gobierno de su tercera esposa, María Estela Martínez de Perón. Yo me acuerdo bastante bien de ese 24 de marzo de 1976, ya que ese día cumplía mis seis años.
Seis años después, ya con doce de edad y con recuerdos que me quedaron grabados a fuego, presencié junto a la familia y algunos amigos, los actos políticos mas multitudinarios que pude observar en carne propia, los discursos de Raúl Alfonsín, cuando oraba frente a la Casa Radical y para toda una multitud que se extendía por la Av. Velez Sarsfield, la General Paz y hasta casi la Av. Colón. Con éste ímpetu de la vuelta de la Democracia en el año 1983, en mi Colegio Secundario, se organizó rápidamente el Centro de Estudiantes pero aquellos que lo conformamos, nos terminamos haciendo rápidamente a un lado, ya que el presidente y vice, de éste Centro eran de la izquierda que queríamos olvidar.
Los que nos hicimos a un lado, queríamos olvidar esa década pasada y mirar hacia adelante, hacia la reconstrucción de un país democrático, que ya no quería, ni a los revolucionarios, ni a los militares.
El pueblo Argentino de los años 80, había votado en amplísima mayoría a los Radicales y queríamos justicia y moderación, ni un extremo, ni el otro.
Sin embargo a los pocos años del Gobierno de Alfonsín comenzamos a experimentar las primeras grandes crisis económicas, que nos llevaron al inicio del proceso hiperinflacionario, con una inflación promedio entre 1972 y 1987 de alrededor del 260% anual y que llegó años mas tarde al 1.000%, una verdadera locura.
Recuerdo lo caótica que estaba por esas épocas la situación, en donde la población para mantener mínimamente el valor del dinero nos mandaba a nosotros sus hijos, de no más de 18 años, a constituir plazos fijos a 7 días con tasas de interés elevadísimas. Con esa corta edad ya empezamos a tener contacto con el mercado financiero, los plazos fijos, el oro, el dólar, los arbolitos, estos hábitos fueron los que nos llevaron en la década de los 90 a tramitar nuestras primeras tarjetas de créditos, a financiar todos nuestros consumos, a dolarizarnos y viajar por países extranjeros, a echar mano de los préstamos personales para cualquier fin: la compra del auto nuevo, el Televisor, la computadora, el equipo de música etc.
El ahorro nunca fue nuestro fuerte, como lo fue para nuestros abuelos, por eso después nos esclavizamos a jornadas de trabajo interminables para poder tener mayores ingresos y poder pagar la financiación de nuestra calidad de vida ilusoria.
También en aquellas épocas de hiperinflación íbamos a comprar alimentos no perecederos a los supermercados, apenas cobraban nuestros padres, para intentar no perder del todo el valor del dinero, que a fin de mes valía cerca de la mitad menos y con éstas prácticas nos terminamos haciendo de lo más consumistas, dando paso a los hipermercados y los shoppings.
Éste fracaso económico de Alfonsín y la tremenda crisis que provocó el dólar contenido forzosamente en la época de la convertibilidad Menemista, mostrándonos la mentira de un país supuestamente de lo mas rico, y que terminó explotando en la época de De la Rúa, fueron las primeras grandes desilusiones relacionadas con la política, que empezábamos a sufrir los de mi generación.
Después con ese gobierno de Menem comenzamos a darnos de bruces contra la corrupción, cada vez mas en aumento en nuestra Nación y la desilusión en la política, pasó a ser cada vez mayor. Le siguió el fracaso rotundo del gobierno de De La Rúa, tan criticado por su inactividad. Pero de lo que nos empezamos a dar cuenta hace muchos años los de mi generación y la población toda, fue que “los políticos” pasaron a ser como una especie de casta social, al margen por completo de la realidad social y económica del pueblo, que en absoluto vela, como en épocas pasadas de nuestra historia, por “el bienestar general de la nación”, sino exclusivamente por sus propios intereses egoístas e individualistas, hasta el extremo de llegar a la delincuencia mas vil de nuestros representantes. Y hasta ser tildada nuestra nación como país bananero y no por producir el fruto agrícola, sino por la cantidad de “bananas” que se dedican a robar a mansalva, mientras el poder los tiene entre esa casta de gobernantes, poderosos y políticos en general.
Con toda esta realidad insoportable se desilusionó al extremo mi generación, la primera generación de la vuelta a la democracia y abandonó hace muchos años la militancia política en cualquier partido político.
Los políticos, que todavía nos gobiernan, son los que actuaron hasta la generación del 70 y encima hoy han vuelto a poner sobre el tapete, aquel viejo discurso setentista, que solo divide mas y mas al Pueblo y sirve para dominar a la masa mas ignorante, induciéndolos a creer que se les está sacando un poco de lo mucho que ganan los ricos, supuestamente para “redistribuir esa riqueza a las clases mas pobres”. Lo que éstos políticos no dicen, es que de lo mucho que le roban a los ricos la gran parte va a parar a sus propios bolsillos y solo una mínima porción de lo más simbólica, por supuesto, la dan a los pobres, como para tenerlos engañados con la falsa idea de Justicia Social.
Sin embargo mi generación, que también vivió la aprobación de la Ley del Divorcio y la ruptura del vínculo matrimonial en la Argentina, se ha divorciado de la clase política y ha empezado a vivir una experiencia también política, pero no gubernamental.
El hombre y la mujer que está llegando a la madurez de la vida y que hoy tiene alrededor de cuarenta años, se está dando cuenta que pertenece a una determinada Comunidad Afectiva, integrada por el conjunto de los seres queridos que lo rodean y en donde se ha desarrollado. Como así también, ciertas instituciones de las que forma parte, y que hallándose totalmente divorciadas de la clase política, luchan por sobrevivir en un modo de vida que resulta ser prácticamente corporativo.
Se han desarrollado las llamadas tribus urbanas, a las que les debemos sumar también, las rústicas, y los miembros de esas tribus, intercambian bienes y servicios, en una especie de economía de trueque, un tanto al margen de la macroeconomía y que se sostiene también por las “magras cuotas alimentarias” que les pasan sus divorciados mas poderosos, como son los sueldos bajos, los diversos planes previsionales y asistenciales, los planes sociales, las diversas coberturas de salud, tanto las públicas y gratuitas, como las privadas que administran con gran inequidad las obras sociales, la recreación gratuita, o a muy bajo costo, los fáciles créditos personales y el pobre financiamiento para las pymes, que termina siendo, mas que para la producción y la consecuente industrialización del país, para la compra de productos para la reventa en el comercio y el refinanciamiento de las ventas.
El total de estas cuotas alimentarias, conforman una mínima parte de la torta que se reparte y sin embargo tienen engañados al pueblo, con que se distribuye mejor que antes la riqueza.
La mayor parte de la torta se la llevan esos políticos, gobernantes, sindicalistas y los grandes empresarios, que comparten “el poder” y que siempre son los mismos privilegiados, a la hora de obtener millonarias financiaciones para sus “mega emprendimientos” industriales, como así también las mejores licitaciones públicas de las obras y servicios estatales más costosos.
Pero volviendo a esa otra economía paralela, tipo trueque, la generación más productiva, se está dando cuenta que debe vivir en Comunidad y velar porque su Comunidad crezca, ya que si la Comunidad crece, el “socio” también crece.
Se está desarrollando entonces, una política nueva que está basada en conceptos sociales muy fuertes. Se está generando una economía social, en base a los servicios que brindan diversas Organizaciones Sociales de la Comunidad, que al ser Asociaciones, Fundaciones, Cooperativas o Emprendimientos Sociales, la Responsabilidad Social Empresaria, muchos de ellos sin fines de lucro, se sostienen por el esfuerzo mancomunado de sus fundadores, asociados y voluntarios.
Estos voluntarios nos estamos empezando a dar cuenta, que cuando brindamos a los demás nuestros servicios en forma gratuita, para el beneficio de esa Comunidad Afectiva a la que pertenecemos, recibimos a cambio y de parte del resto de sus miembros, no solo mucho afecto y reconocimiento, lo cual no tiene precio, sino que además y al cabo de cierto tiempo empezamos a recibir otros reconocimientos, ya de tipo propiamente materiales, como son donaciones, regalos, invitaciones, descuentos, contraprestaciones y diversos ahorros, todas formas materiales de reconocer el trabajo voluntario y que en absoluto tienen que ver con las coimas que están tan de moda en esa casta antes mencionada. Los reconocimientos materiales, no son remunerativos por lo que no se trata de sueldo, tampoco son comprometedores, ya que no obligan a venderse a nadie, son solo reconocimientos sociales, y lo característico de ellos, al ser sociales, es que son totalmente públicos y aceptados por ese mismo pueblo.
Todo estos reconocimientos podrían llegar a ser debidamente valuados en dinero en una especie de balance anual y podríamos comprobar que nuestros ingresos habrán aumentado considerablemente, a consecuencia de esa economía social, un tanto al margen de la economía de mercado y por la cual, a través de la solidaridad, nos “prestamos” unos a otros; bienes y servicios de toda índole. Comenzamos a mejorar progresivamente nuestra calidad de vida y vamos profundizando en lo que se denomina la “Amistad Social”, que nos va permitiendo ir comprendiendo, cada vez mas, que los vínculos afectivos que vamos creando, resultan ser de tipo asociativos y que nos van permitiendo crecer a todos los miembros de tales comunidades. Así es la parte más débil de los divorciados de la Política.
Estamos descubriendo que podemos hacer un modo especial de política, que todavía no puede ser por el bien común de la Nación, dado que no tenemos el suficiente poder, pero que si es por el bien común de las diversas corporaciones de las que formamos parte.
Este concepto nada tiene que ver con la Revolución, que tanto daño ha hecho al mundo por los medios armados que ha pretendido emplear siempre.
Tampoco tiene que ver con una verdadera Reforma política y social, ya que aunque la reforma se opera por medios pacíficos, responde necesariamente a un determinado objetivo político y a un plan, lo cual requeriría de la casta de los políticos, que como hemos visto, están del otro lado y a ellos no les interesa en absoluto cambiar las reglas de juego, ni reconstruir ésta nación, discurso con el que se llenan la boca tan solo con fines electoralistas.
El cambio que se va operando en la Sociedad, es nada más que una “Transformación” progresiva y paulatina de la mentalidad y la acción social de las personas que no se han sumado a la política.
Esta transformación que se va logrando, de a poco, por medios pacíficos y que comienza con una gran revolución interior en cada una de las personas y que consiste en llegar a entender, por medio de la educación y la reflexión, que somos, por lo general, seres gregarios, en lugar personas solitarias y que debemos procurar servir a Dios, para allanarle el camino para que pueda imperar su Reino, aquí en la tierra. Como así también, servir al prójimo, para hacerle sentir que ese reino real y no imaginario.
En última instancia debemos comprender que nuestra mejoría será el resultado de la mejoría generalizada de la Comunidad a la que pertenecemos y es a esta especie de persona jurídica a la que le debemos la mayor lealtad y compromiso.
Esto de saber que estamos trabajando para el Reino de Dios, es compartido por muy pocos, dado que por existir en la población una mayoría “secularista” cuyas ideas fueron introducidas por la izquierda política de los años 70, ya prácticamente nadie habla de religión y ni siquiera de Dios, en el sentido de que Éste sea el móvil principal de nuestras acciones.
Sin embargo para el observador profundo, podemos ver que estamos participando todas estas diversas Comunidades, de una manera de actuar típicamente Cristiana. Las comunidades son “gobernadas” por el servicio mutuo, o mas precisamente; La Solidaridad Social.
Vemos entonces que desde estas pequeñas o grandes Comunidades Afectivas, se está llevando adelante una Política paralela a la Política Institucional, de acuerdo a esa máxima dada por Aristóteles ; Antropóz zoon politikón (El hombre es un animal político) de donde las pólis, eran las pequeñas ciudades estado, que conformaban entre todas a Grecia. Estas ciudades -estados son el gérmen de las Provincias modernas y de los sistemas Federales, pero si nos ponemos a ver mas hondo, veremos que en la actualidad y de acuerdo a los lineamientos que estamos expresando, se está comenzando a desarrollar una verdadera política socialdemócrata, no institucionalizada, que le va dando cabida, cada vez mas, al retorno a los antiguos clanes o tribus, comunidades mas pequeñas que los municipios o comunas.
Esta política espontánea se caracteriza principalmente por ser de centro. Al mismo tiempo resulta corporativa y por lo tanto solidaria y social y con esto Cristiana, ya que al perseguirse, de manera fundamental “la ayuda mutua”, a través de la Amistad Social, se está cumpliendo con la mayor enseñanza dada por Cristo; Amar al prójimo, como a uno mismo, lo cual trae aparejado, aunque no se sea del todo consciente: Amar a Dios sobre todas las cosas.
Con ello se siguen también los lineamientos de la Doctrina Social de la Iglesia, que pregona, por un lado, la necesariedad y esencialidad de la propiedad privada en los seres humanos, con una política económica de corte liberal, pero por otro lado, que esa propiedad privada lo sea con una determinada función social, es decir, en líneas generales; “Que la riqueza de cada uno, lo sea para ser compartida, en mayor o menor medida, con la Comunidad a la que se pertenece, dentro de un marco de “mutualismo” y a la vez que la riqueza de ésta Comunidad, lo sea también para el crecimiento de todos sus miembros, ante las mayores oportunidades que una figura asociativa les brinda a los individuos que la conforman, como es por ejemplo brindándoles mejores Relaciones Públicas (RR PP).
La mencionada política es también democrática, desde sus bases, cosa que es el resultado de una cultura democrática que ya lleva 26 años en la historia Argentina y que se ve en el hecho de que en cualquier Organización Social, se toman sus decisiones por los socios o asociados reunidos en Asamblea.-
La toma de decisiones se produce por lo general por la vía del voto de sus asociados y no en forma jerárquica. Este hecho tan significativo se puede observar hasta en las mismas familias, donde los hijos cada vez deliberan más y hasta llegan a votar, a partir de que tienen cierta edad y son capaces de decidir en el conjunto. Este hecho marca una gran diferencia con la organización familiar de tipo jerárquica de la época de nuestros abuelos.
Además, por el hecho de tener en miras, esta política paralela, una mejora progresiva de la calidad de vida de todos los miembros de las diversas Comunidades Afectivas, es una política de por sí progresista y que poco a poco, se va posicionando en los albores de la política proteccionista, tanto del medio ambiente y la naturaleza, como de la personas vulnerables o vulneradas.

3 comentarios:

anita dijo...

felicitaciones por tu blog. no es solo interesante,sino diferente y profundo en su contenido.

Soledad Arrieta dijo...

Leandro, me pareció excelente el recorrido que hacés por nuestra historia a través de tu primera persona, de lo vivido, de lo que sentiste, francamente me pareció espectacular, te felicito por esta entrada.
Cariños!

Dr. Leandro Javier Alippi dijo...

Gracias Sol, me pone muy contento que agraden mis narraciones en primera persona.
Un abrazo