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sábado, 21 de noviembre de 2009

LA TIRADA DE CARTAS

La vida de un bipolar está llena de contradicciones.
La otra vez estaba curioseando por internet; ¿De qué se trataba la carta natal maya? me preguntaba y quería saber.
En cierto momento me decía el informe de cierta página; dualidad: soberbia – humildad. No se bien por qué pero me sentí identificado y al día siguiente se lo estaba comentando a una amiga delante de un psicólogo. Este me interrumpió y me dijo como sorprendido: ¡Pero esas dos cosas son totalmente contradictorias! ¿Cómo las va a tener a ambas al mismo tiempo? Yo lo miré aún mas sorprendido y me pregunté para mis adentros; ¿Pero no sos psicólogo? ¿No sabes que el hombre está lleno de contradicciones por su propia naturaleza? Paradójica, diría mas bien.
La cuestión es que vengo de un blog amigo y me acordé de otra contradicción que me tocó vivir. Mas bien una bifurcación en mi camino.
Era una noche fría. Ella, una linda flaca entre hippie y cheta, esa noche puso un par de leños en la estufa del living, encendió una vela hecha por ella misma, prendió un sahumerio , apagó las luces y acercó una mesita entre los dos cómodos sillones antiguos que estaban en torno a la estufa.
En el sofá se había quedado dormida su pequeña hija y antes de sentarse la alzó y se la llevó al dormitorio. Regresó suspirando y recogiéndose su larga cabellera llena de rulos, como si estuviera un tanto sofocada, a pesar del frío. Más bien, pienso que estaba verdaderamente extenuada con el largo día como madre sola de una pequeña niña de lo mas demandante.
Sirvió dos copitas de licor de naranja y por fin se sentó. Yo la había estado contemplando durante largo rato, observando minuciosamente cómo se desempeñaba. Esa noche no estaba dispuesto a ayudarla en nada. Ella tampoco me pidió nada.
Tomó su pequeña cartera y extrajo de ella un bultito envuelto con un pañuelo de seda y de él sacó las cartas de tarot. Un tarot con imágenes aborígenes. Extendió el pañuelo sobre la mesita y mezcló las cartas. Me puso el mazo para que cortara en tres y luego me pidió que eligiera una carta.
La saqué del mazo y ella mostró la imagen. Era un hombre y dos mujeres a sus costados. Una pelirroja y otra morena.
Su interpretación fue de lo más llamativa para mi; Estas en una encrucijada, me dijo, hay dos mujeres en tu vida, con una serías vos mismo en todo tu esplendor y con la otra estarías lleno de limitaciones. Curiosamente su cabello era castaño claro y por momentos, entre mis ensueños la veía como pelirroja. Efectivamente por esa época también estaba saliendo con otra mujer, sin comprometerme todavía con ninguna, me estaba debatiendo entre ambas y a las dos las trataba como amigas. La otra era Luna una hermosa morocha.
La cuestión es que cambiamos de tema y del licor pasé al whisky. Ella no pudo más y me pidió permiso para retirarse a dormir. Me quedé solo a la luz de la vela, el aroma a sahumerio, mi vaso de whisky, mis Parisiennes y el suave crujir de los leños. Pero por encima de todo me quedé con el mazo de tarot sobre la mesita.
Lo miraba…, me servía otra medida del alcohol y tranquilamente, mientras me tomaba la bebida, volvía a mirar otra vez el mazo y pensaba. ¿Me haré una tirada?
De repente con la mente como girando por toda la habitación mezclé, corté en tres y extendí las cartas. Saqué otra vez, solo una…, lentamente la puse sobre el pañuelo y lentamente comencé a darla vuelta. En medio de la penumbra no podía terminar de distinguir la imagen, solo le veía unos grandes cuernos. Súbitamente mientras intentaba enfocar, crujieron con fuerza los leños y el fuego cobró vigor, iluminando todo el ambiente. Vi claramente la carta: El diablo.
Bajo los efectos del alcohol, la impresión fue grande, de repente comencé a sentir que mi corazón palpitaba mas fuerte que de costumbre, lo podía sentir claramente como resonando en mi pecho y retumbando su sonido ronco en mi cabeza. Observaba en torno mío y solo veía las sombras que proyectaban los muebles, moviéndose al compas de las flamas. No pude más y me fui hacia el patio.
Al abrir la puerta de la cocina que daba al exterior me concentré en el ruido estridente que ésta produjo al abrirse y mi corazón comenzó a palpitar más fuerte aún. Por fin estuve en el parque respirando hondo. Me dirigí hacia la piscina, hacía un frío que partía los huesos y la pileta estaba a la mitad, con las aguas del verano pasado echadas a perder.
Tuve como un arranque de euforia y me desnudé por completo para meterme, de a poco, a esas gélidas aguas. Mi corazón pareció como paralizarse por completo, se me cortó la respiración. Debí nadar para no quedar ahí tieso y duro, como sintiendo que de éste modo fuera a circular mejor la sangre por mi cuerpo y podría continuar viviendo.
Enseguida salí por el otro extremo de la pileta y regresé al lugar donde se veía el horizonte, con una luna en cuarto menguante. Me quedé mirando a ese paisaje nocturno que se me representaba totalmente mágico, me hallaba en una postura como desafiante, de pie con los brazos cruzados y con las piernas abiertas. En eso mis oídos se afinaron y empecé a sentir a la distancia aullidos de innumerables perros por todo mi alrededor. Parecían lobos. Rápidamente entré en calor, a pesar de estar desnudo y con una temperatura muy probablemente cerca de cero grado. La temperatura ambiente era mucho más cálida que aquellas aguas, por eso la sensación de calor corporal.
Me vestí otra vez. Ya estaba totalmente despejado y con la mente en claro. Entré de nuevo a la casa y el fuego casi se había extinguido. La parafina de la vela se había derretido por completo y quedaba una tenue luz que no provocaba sombras. Me fui a su habitación a despedirla. Ella se levantó y como sonámbula me acompañó hasta la puerta para echarle llave.
Subí a mi auto y regresé hacia la capital. Ella vivía en un pueblo cercano.
Conduje por una ruta oscura y solitaria que me hacía pensar en miles de ideas fantasmagóricas. Por fin entré a la ciudad iluminada y sentí un poco de alivio, llegue a casa y luego de tomarme un café me fui a dormir.
Al día siguiente, a penas desperté fui a verla a Luna.
Nunca más fui a la casa de la bruja.

1 comentario:

José Ramón dijo...

Interesante Post. Un Cordial Saludo desde Creatividad e imaginación fotos de José Ramón