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sábado, 3 de abril de 2010

NUEVA CONTESTACIÓN A LA CARTA SOBRE EL PROBLEMA DE NO DEFINIRSE DE IZQUIERDA O DE DERECHA

Amigo Baltasar:

Continuando con nuestro diálogo sobre la derecha y la izquierda:… La verdad es que me has llevado hasta una encrucijada.
Hace un par de noches mi esposa me estaba leyendo unos pasajes del libro: El hombre mediocre. De José Ingenieros. En su capítulo II habla de los hombres sin personalidad y dice unas cuantas cosas que me dejaron de lo más pensativo:
“…la mediocridad podrá definirse como una ausencia de características personales que permiten distinguir al individuo en su sociedad… …No tienen voz sino eco. No hay líneas definidas ni es su propia sombra, que es, apenas una sombra… …Cruzan el mundo a hurtadillas, temerosos de que alguien pueda reprocharles esa osadía de existir en vano, como contrabandistas de la vida… …Las existencias vegetativas no tienen biografía: en la historia de su sociedad sólo vive el que deja rastros en las cosas o en los espíritus…”
¡Qué palabras tan drásticas para las personas que no se preocupan por trascender de algún modo!
Entonces justo cuando nos estamos debatiendo nuestro tema entre la derecha o la izquierda, el de estar de un lado o del otro, o por el contario reconocerse sincrético, diplomático o mediador. Me lleva a pensar: ¿Qué cercanos están los términos mediador y mediocre? ¿Será que ésta pretensión de ser predominantemente de centro, con nada mas que una “tendencia” hacia la izquierda, me lleva a ser también un hombre mediocre?
Encima, cuando estoy inmerso en ésta disyuntiva, me escribes que los radicales y los peronistas son partidos que provienen de hombres que nunca se declararon, ni de la derecha, ni de la izquierda y has denunciado a éste como un problema fundamental de nuestra política nacional, desde hace décadas.
Así que imagínate cuán controvertida que está mi mente por éstos días, cuando los dos “conservadores” que tengo mas cerca, mi esposa y mi amigo Baltasar, me están sugiriendo este problema del no definirse del todo políticamente.
Mi esposa haciendo mención a los que tú señalas que se vuelcan para un lado u otro de manera impune dijo: “Son unos truchos”.-
Sin embargo me detengo mientras escribo, releo mis líneas y repaso mi interior:
¡Hacía tiempo que mi alma no estaba tan tranquila!
¿Y por qué?
Porque justamente este viernes santo me confesé, como lo prescribe la Iglesia, al menos una vez al año, para pascua de resurrección.
No confesaré en ésta oportunidad, de manera pública, cuáles fueron los pecados que les conté al cura, porque son de lo mas íntimos, pero te comentaré algo que el sacerdote me dijo y que viene muy al caso en esta ocasión:
“Aprende a no ver solo los blancos o los negros, sino a aceptar los grises, asumirlos con autenticidad y a ser creativo con ellos”
¿Qué son los grises, si no el justo punto medio de la gama de colores que van desde los extremos del negro al blanco?
Y otra vez nos ubicamos en el medio, y ahora por “mandato” de un director espiritual, formado en un tipo de política, o mas bien de “una moral”, que critica tanto a la derecha, como a la izquierda y que se la ha mal llamado; “la tercera opción” que es la Doctrina Social de la Iglesia.
Y cabe destacar que aunque me has sugerido en tu carta que nuestra política es propia de un país en vías de desarrollo, o tercermundista, como se dice de vez en cuando, la Doctrina Social de la Iglesia nada tiene que ver con los curas tercer mundistas. Tremenda confusión escuché algún día por ahí.
Los curas tercermundistas de la generación del 70 eran curas de izquierda y algunos hasta de la extrema izquierda, que llegaron a asociarse a grupos guerrilleros.
La Doctrina Social de la Iglesia es una teología moral, social, laboral y económica que surge de los evangelios y que fue mencionada por primera vez por el Papa León XIII, en su encíclica Rerum Novarum, en virtud de las grandes desigualdades que se habían producido en “la cuestión obrera”, como consecuencia de la industrialización.
Luego fue ampliada por todos los Papas que le sucedieron.
No es exactamente una alternativa a las otras dos políticas; el capitalismo o el socialismo, aunque critica a ambas.
Es más bien una norma de conducta o una regla moral cristiana, que pone énfasis en principios como:

• Dignidad de la persona humana
• Bien común
• Destino universal de los bienes
• Principio de subsidiariedad
• Participación
• Participación social
• Solidaridad
• Valores fundamentales de la vida social
• Calidad de vida
• La vía de la caridad
• Caridad
• Cultura de la vida

Así que para concluir en cuanto al tema político que veníamos tratando; te contesto que para mi, si hablamos de países desarrollados, no tengo como referentes los que me has mencionado vos; EE. UU, Inglaterra, Francia o España, sino otro también muy desarrollado, que es el que tiene el mayor índice de calidad de vida que todos los restantes y que es Suecia.
Allí gobierna una Social Democracia Cristiana, tal cual lo dejé entrever en mi post del 6 de noviembre de 2009 titulado: “La Política Actual”, que tiene dentro de las corporaciones a dos grupos sociales que aquí en Argentina pareciera que son irreconciliables como Los Empresarios y los Sindicatos.
Aquí en Argentina también existe una Política Social Demócrata y Cristiana, que viene actuando desde las OSC y no desde los Partidos Políticos, o desde el Gobierno y la Oposición.
Te invito a que te acerques a éstas OSC, en especial, las que están cerca nuestro, como Acapef y Fundación Recuperar. Allí hay mucho trabajo que juntos podemos hacer en nuestras respectivas ramas de las Ciencias Sociales.

Saludos afectuosos
Leandro J. Alippi

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