CONTESTACIÓN A LA CARTA MISTERIOSA

Lo que mas me llegó de la carta que antecede, fue su P/D en el remate que hace su autora, al citar el párrafo de Bertolt Brecht.

Lo que puedo decir como primera medida es que me parece de lo más ofensivo esto que se le atribuya a los analfabetos políticos “la culpa” de la prostitución, la minoridad abandonada o la delincuencia de los políticos corruptos.

Esos males se deben a la maldad del hombre, a la falta de moral, ética y religiosidad, a la falta de solidaridad y sentido de bien común, y en definitiva a la falta de educación familiar e institucional.

En absoluto se debe a la cierta indiferencia de los que nada quieren saber de la política.

La verdad que aunque me encantaron materias de mi carrera como Derecho Político, a la que también se la denomina, Ciencia Política o Teoría del Estado, como así también Economía Política, y Finanzas Públicas o Derecho Tributario, en alguna medida también me siento como una especie de “analfateto político” y esto por cuanto encuadraría, en cierta forma, en esa definición dada indirectamente, por el dramaturgo alemán: “(El analfabeto político)… Él no ve, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. Él no sabe que el costo de la vida, el precio del pescado, de la harina, del alquiler, del calzado o del remedio dependen de las decisiones políticas….”

Sin embargo lo digo muy directa y francamente:

A muchos de los pacientes psiquíatricos se nos hace difícil percibir la realidad circundante, nada más que porque estamos, lamentablemente enfrascados en nuestro mundo interior y en nuestras extrañas y particulares percepciones.

Y esta condición no es ninguna especie de egoísmo de nuestra parte, sino un verdadero padecimiento, que nos torna vulnerables y hasta en alguna medida, impotentes para compartir la realidad convencional, con el resto de la población.

No seríamos victimarios, sino víctimas. Y es por eso que muchos de nosotros, a pesar que estemos satisfactoriamente formados en la teoría y hasta en la politología, padecemos una fuerte desventaja social, al momento de estar informados de la realidad política actual, por ejemplo, porque “no podemos ver la T.V. o leer los diarios” por dificultades cognitivas y de atención.

Abrirse a los demás, ver el mundo que nos rodea, comprender las necesidades de los otros, y comenzar a tomar conciencia de las necesidades del prójimo y de nuestra Patria, para terminar comprometiéndonos al fin con la Comunidad, es el resultado de un largo proceso de rehabilitación, y educación psicológica, cognitiva, social, y laboral, donde lo que debemos aprender, es ver ese horizonte que tenemos delante de nuestras narices y de nuestro mundo interior, que por momentos resulta “absorvente” y "fagocitante".

La carta entonces da para el estudio desde lo que conozco someramente, la politología, y para esto le pediré a mi amigo Baltasar, que me ayude, pues él sabe mucho mas que yo al respecto, ya que estudia Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la UCC.

Denuncio la carta por infame y tan solo por su final, por tratar con tanta soltura de cuerpo, el tema de la indiferencia política, cuando es casi de público y notorio que la clase política defiende “sus intereses de clase” y no los intereses de la Nación y así lo viene haciendo desde hace varias décadas.

¡Y que vayan a atribuirle los delitos a los delincuentes y no a los ignorantes! ¡Que a los ignorantes se nos enseñe como corresponde!

¡Y SI SOMOS PERSONAS ESPECIALES QUE SE NOS IMPARTA UNA EDUCACIÓN ESPECIAL!

Educaciones como esta se nos brinda en lugares como Casa Club Bien Estar, Acapef y Fundación Recuperar. Ver:

 http://www.fundacionrecuperar.org/
 http://www.radiorecuperar.org/

                                                                     Dr. Leandro J. Alippi