Amigo Leandro:
He leído tu respuesta. Concuerdo en que tanto desde la centro-derecha como desde la centro-izquierda se puede buscar el bien común. Fíjate que en los países que actualmente están en el Primer Mundo, tienen un claro partido de "centro-derecha" y otro de "centro-izquierda".
Ejemplos: En el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte tenes a los "conservadores" y a los "laboristas"; en EEUU a los "Republicanos" y los "Demócratas"; en España al "Partido Popular" y al "Partido Socialista-Obrero Español"; en Francia al partido "Unión por un Movimiento Popular" y al "Partido Socialista"; etc….
Y te preguntaras: ¿A qué viene esto?
El problema es que en Argentina no hay un claro partido de centro-derecha y otro de centro-izquierda a la vez.
Y eso es gravísimo. Porque habiendo un partido de centro derecha claro, la gente sabe que está votando a la derecha y votando a ese partido; y a la vez habiendo un claro partido de centro-izquierda, votándolo se sabe que se está votando a la izquierda.
Pero en Argentina desde hace décadas tenemos dos partidos mayoritarios, como son los radicales y los peronistas, que no son claramente ni de derecha, ni de izquierda.
Y así en esos partidos encontramos gente, que al no ser de un partido claramente de derecha, ni de izquierda, pueden cambiar de ideología y de modelos con total impunidad, a lo largo del tiempo y pueden ser de derecha a veces y de izquierda en otras.
Y entonces la gente no sabe cuando vota a la derecha o a la izquierda. Y esto ocurre porque el radicalismo y el peronismo se originaron en el gobierno en dos personas que nunca se definieron como de derecha o de izquierda, como son Yrigoyen y Perón. Entonces en sus filas había gente de todas las tendencias. Y gracias a eso en estos últimos años, hubo un Menem, con un discurso netamente estatista y nacional, que luego gobernó con un claro tinte neoliberal, o De La Rúa, que con la Alianza, subió con un discurso social-demócrata y terminó llamándolo a Cavallo.
Si la Argentina tuviera un fuerte partido político de centro-derecha como fue el conservadurismo argentino del Partido Autonomista Nacional, la Unión Cívica Nacional (no la radical) o del Partido Demócrata Nacional, y un claro partido socialista como el que fundó Juan B. Justo, los políticos de esos partidos no podrían cambiar tan fácilmente de ideología de acuerdo a sus conveniencias políticas. Estarían obligados a ser coherentes. Espero que eso que pasa en todos los países actualmente desarrollados, ocurra en Argentina, que alguna vez fue desarrollado.
BALTASAR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario