INTENTANDO MODERAR

Se están propiciando diversos debates desde este espacio ya que éste blog aspira a cobrar vigor, ya no tanto entre la blogósfera, a la que no se termina de entender muy bien, cómo se lo promociona, sino que está siendo fomentado entre el conjunto de seres queridos, bien cercanos a éste autor. La llamada Comunidad Afectiva.

La tarea de promoción del blog, no está resultando nada fácil, cualquiera sea la manera, ya sea entre la blogósfera, o entre los contactos que tenemos en la casilla de correo.

Y esto porque unos aunque son bloggers y leen a otros blogs amigos, pareciera que leen solo a los más populares y da la sensación que éste blog no es para nada popular.

Por otro lado, los contactos que se tienen en los mails, no son bloggers y por más que se los invite a participar de nuestro espacio literario, no tienen estos hábitos cibernéticos como leer los diversos spot que se van dando en los que, en líneas generales podemos decir que se trata de una vitácora o “ diario”. Además muchos de estos contactos de correo electrónico, no son de lo mas lectores, por lo que su participación es doblemente difícil.

De éste modo y como conclusión, sostenemos que la tarea de promoción y armado de los diversos spot, es algo que requiere mucho trabajo de edición, compaginación e invitación permanente.

Lo que no perdemos, es la esperanza de que los temas que aquí se tocan, puedan ser interesantes para muchos, que tarde o temprano creemos que descubrirán éste humilde espacio humanista.

La cuestión es que como moderador de los últimos temas que estamos tocando, podemos concluir que existe una postura bien marcada sobre la necesidad de que exista en nuestro Pais, una centro izquierda y una centro derecha bien definidas y representadas en diversos partidos políticos, lo cual pareciera que en la Argentina actual, es una verdadera utopía, ya que los dos partidos mayoritarios; radicales y peronistas, contienen a ambas corrientes dentro de sus filas.

Pero para unirlo al asunto, con el otro tema que hemos tocado con los compañeros del León XIII; lo concerniente a utilizar como una facultad de la inteligencia, a la que le podríamos llamar “emocional”, si es que se le permite a éste neófito en la temática la expresión. Y como un “carisma” consistente en ponernos en el lugar del otro, deberíamos pensar seriamente; si:  

¿El que hace esto puede caer en el error de considerar que todo vale, porque todo es relativo?...

Un aspecto que está tan de moda en la actualidad, en especial, para la opinión de éste autor, desde que comenzó a introducirse en nuestro mundo occidental, todo el movimiento denominado de la Nueva Era.

Todos nosotros debemos ser autocríticos y hacer un verdadero exámen de consciencia o autoconocimiento, que nos permita visualizar si esa doctrina relativista de los tiempos actuales, no es un auténtico mal de la Sociedad Actual, o por lo menos, una verdadera transculturación, que nos proviene en especial del Mundo Oriental.

Lo que estamos debatiendo, en definitiva, según el humilde parecer de éste autor, son aspectos sobre la polaridad y si ésta es necesaria para nuestras vidas y fundamentalmente, para nuestro desarrollo humano.

La verdad es que no se dar una respuesta contundente al asunto.

Solamente puedo confesar una verdadera contradicción que he tenido siempre en torno a éste tema. Pues por un lado mi “Bipolaridad” que es sumamente marcada, la padezco con mucho pesar y me induce a tener, por lo general, una tendencia de lo mas radical, consistente en ver solamente los blancos o los negros de la vida y no querer transigir, por lo menos hasta que me lo “determina” mi estado de ánimo y así pareciera que soy casi como un preso de La Naturaleza y de mi propia esencia.

Y por otro lado, el reconocer dentro mío, tal vez de manera inconsciente esa dualidad, me lleva a pretender ser como una cuestión moral un hombre templado y ecuánime o lo que sería lo mismo; portador de la virtud de la templanza.

Recuerdo entonces el Consejo que me ha dado el flaile mercedario para estas pascuas; asumir los grises de la vida, aunque sea con pesar y hasta con cierta angustia y ser creativo con ellos, sin dejar de tener por esta actitud, una postura propia y personal, ante las cuestiones de importancia, y como un aspecto de nuestra identidad.

Pareciera que nos estuviéramos metiendo en el tema del respeto, la compasión, la misericordia y hasta del carácter democrático, todo ello como aspectos de la Caridad.