ESTAMOS ESCRIBIENDO EL NUEVO LIBRO

ESTAMOS ESCRIBIENDO EL NUEVO LIBRO
MENSAJES PARA LA ALDEA GLOBAL

Galería de Fotos

Galería de Fotos
Mi ahijada de bautismo Josefina

Mi nueva ahijada Constanza (Una dulce total)

Mi ahijada adoptiva Mirian

Mis ahijados adoptivos Dante y Antuan Etian

Flor Serrana con mi ahijado adoptivo Baltasar

Mis otros ahijados adoptivos: Fabio y Beatriz

domingo, 16 de mayo de 2010

DESPUÉS DEL TERREMOTO

Existe en mi memoria un antes y un después abrumadoramente separados por un abismo enorme, que se abrió después del terremoto.
Y me cuesta narrar mi vida como una sola vida. Parecen que hubieran sido dos. Así lo siento de verdad.
Y sin embargo hay tantas cosas, hechos y personas que unen ese pasado mío con mi presente.
Hay otras circunstancias que me separan por completo; No conozco a las nuevas personitas que nacieron "en aquel otro lado", desde que ocurrió ese terremoto y quedé de este otro. Solo conozco las nuevas almas que nacieron aquí. Todo lo que une a una y otra orilla del abismo sumado, son como un estrecho puente colgante de lo más vertiginoso y que nunca me animé a cruzar, para ir a ver aquel viejo Pueblo; ¿Cómo creció, cómo se desarrollo? No me animé nunca a ir a verlo, y a pesar de haber sido, cuando vivía del otro lado, un "temerario" al que ningún puente, por peligroso que pareciera, me iba a parar mi deseo de conocer lo desconocido.
Cuando ocurrió el terremoto y las tierras se dividieron, yo me caí por ese abismo y quede agarrado de una plantita, que parecía sumamente frágil y que sin embargo me aguató y por la que pude subir hasta suelo firme. Pero la impresión de caer en las profundidades, fue tan dramática, como lo ha de ser este relato. Y ahí adquirí el vértigo para siempre y ¡Gracias a Dios!
Cuando estuve un poco mas recuperado de mi shock, baje con una soga a buscar esa plantita que me salvó la vida, la saqué de su lugar y la planté en la tierra firme. Ahora es un árbol hermoso, que me da sombra y me protege del granizo.
No era tan frágil como parecía, cuando lo único que veía era ese abismo debajo de mí y donde yo creía que de un momento a otro, se iba a quebrar, sucumbiendo, sin más ni más.
Fue muy, pero muy resistente, aunque se mostraba de lo más humilde y sencilla, resistió todo mi peso por un buen tiempo, hasta que estuve otra vez de pie y seguro.
Amo tanto a éste árbol que se convirtió en mi hogar y en parte de mi mismo, como así también, yo me convertí en parte de él (ella). Y muchas veces quisiera "anular” esos recuerdos, para poder iniciar el cuento, desde que estoy aquí en esta otra tierra, y poder así contar una sola historia unipolar y no tan bipolar.
Esa es la verdadera historia de mi vida, debatiéndome siempre entre los extremos y buscando casi con desesperación el centro en todo momento. (Mi disciplina: La disciplina de la Ecuanimidad) (La virtud a la que aspiro: La Templanza).-
Estas cosas se comienzan a adquirir desde que uno madura.-
Me despido y espero recibir pronto sus noticias.

Leandro J. Alippi

No hay comentarios: